Vampire Knight FAN-FIC RECUPERACIÓN ANIMEXTREMIST

Capitulo 1

Me desperté de madrugada y pude ver ya ha Cross mandando callar. Era una perfecta prefecta, nunca mejor dicho. A su lado estaba zero, aquel chico le necantaba a todas, a mí no. Sobre todo porque le observaba desde la ventana de la escuela diurna, nada más y nda menos, y odiaba que ocultase lo que de verdad era. Me vestí con el bonito uniforme blanco y bajé las escaleras. Allí abajo estaban todos.
-pásame una pastilla, por favor.- le dije a Korent, mi actual novio. Me la dio sin muchas ganas, y su gélida mano, fría para cualquiera, me pareció cálida y suave. Cogí un vaso y lo llené de agua mientras observaba como ese volumen blanco se disolvía transformando el agua en lo quen parecía serb un río de sangre.
No lo era, y eso lo tenía claro, aunque no me hubiese importado demasiado.
Salí hacia el exterior y le dirigí a ella una mirada de ojos entrecerrados. Nunca me había gustado, además, fingía no saber nada, no ser especial, y lo era.
No entendía porque ocultaba su verdadera identidad, y tampoco sabía como se las arreglaba para que tuviese esa sonrisa en los labios, sin saber lo que verdaderamente pasaba. llegó un punto en el que la odié, antes éramos muy amigas, desde que supo la realidad, cambió y se convirtió en otra persona totalmente diferente.
Me gustaba más cuando el pelo era largo y sus ojos se le enrojecían, me encantaba como era ella así, en esos instantes. En realidad, os preguntareis que hago yo aquí y contando esto, vereis...esta es mi historia.
"En realidad yo pertenecía a la escuela nocturna y vestía ese uniforme negro que nunca me había gustado. Compartía el cuarto con Cross y con otra chica más, de la que después del incidente no supe nada. Veníamos de cenar y yo me acosté en la cama, estaba a punto de quedarme dormida cuando oí unas voces. Entonces caí en la cuenta de que había alguien más ne la habitación, y era un vampiro. No sé como lo supe, pero fue así. Entró sigilosamente y yo lo ví todo, fue uno de los días que más sufrí en toda mi vida. Vi como uno de los dos que habían entrado (Cross estaba en el servicio) cogía a una chica y enpezaba a morderle en el cuello. Al cabo de unos diez minutos la chica cayó al suelo, inerte. Tenía tanto miedo que no supe ni como en aquellos instantes pude contener un grito. Mató tambien a otra dos compañeras y se acercó a mi cama. Entonces grité y el se me acercó.
- ¿Ya has tenido suficiente, no?- le dijo su amigo, él negó con la cabeza y contestó que yo era la última. Entonces, cuando me iba a morder y yo veía mi final, cuando su boca estaba cerca de mi garganta y yo tragaba, dijo en un susurro:
-esta chica es una vampira, huérfana.- Allí acabó todo.
Después me llevaron a que viera a los demás, y pasaron muchas cosas, DEMASIADAS, que preferiría no contar.
Creí que entonces Cross me ayudaría, que me diría que seguría siendo mi amiga áún después de lo ocurrido, pero como en aquellos instantes no me esperaba- ahora si que lo haría- no lo hizo. Se limitó a darme la espalda. Poco después, a la mañana siguiente, se descubrieron los cuerpos y mi desaprarición, todo se tomó por la fechoría de un viejo loco, de algún asesino en serie, yo sabía que no era así, pero no podía contarlo o me desvelaría a mi misma, desvelaría a mi propia especie.
Salí de mi ensoñamiento y observé el patio lleno de humanos, pero ya había a prendido a controlarme. Me metí rápidamente en el colegio, -sabía que no podría aguantar mucho tiempo fuera- y me refugié dentro, donde nadie pudiese hacerme daño.
Terminé las tareas y me encaminé hacia el bosque
Era de noche.

Bueno, hay va, este es el final del primer capítulo...
seguiré todo lo que pueda hoy.
Ya no sabía si podía creer en lo que mis ojos veían. Era como si estuviese volando. Saltaba tan alto que incluso un pájaro se hubiese quedado debajo mía. Era todo borroso, y en la madrugada se podían distinguir oscuras miradas rojas, que lo observaban todo encogidos en los árboles. Destrás mía venía alguien más, del que yo no sabía aún nada. Solamente notaba su presencia, pero no quería girarme. Escapé dle colegio a eso de las doce de la noche y ya eran casi las seis de la mañana, el sol me iba a pillar desprevenida, así que decidí volverme y dejar mi paseito nocturno. Cuando abrí la puerta d emi cuarto dos chicas nuevas me miraron, parecía que yo era su ídolo número uno sin haber hecho nada. Me observaban tan descaradamente que les puse una de mis miradas y rápidamente apartaron sus miradas. Les había impresionado más aún, sólo que ahora no lo expresaban con ningún gesto.
Se fueron después de unos cinco minutos, y entonces miré por la ventana, Senpai estaba abajo, finjiendo estar interesado por las chicas de la clase nocturna.
No lo estaba.
Él era uno de mis mejores amigos desde la infancia, pero nunca fue novio mío ni nada por el estilo, no nos gustábamos. Me encaminé de nuevo hacia el salón de abajo, y me volví a preguntar por secta vez en la noche como hacía para estar siempre tan realajado y no notar tensión en ningún momento.
O al lo mejor, es que sólo lo disimulaba.
Yo era muy diferente, mi cuerpo temblaba al encontrase con un humano, y la rabia me hacia intentar hacerle esto:

y más si estaba Cross delante, en realidad, es que no podía soportarla.

pero lo pero esque a Senpai le gustaba, me lo había confesado. Yo no sabía que decirle, al fin y al cabo era su hermano ¿No? Pero decidí no contarle nada. Pudiese pasar que rompiésemos nuestra amistad.
Mientras comía- Si a eso se lo podía llamar comer- vi no un hombre muy mayor, de unos ochenta años, y al que yo pronto identifiqué como Hikame, el director y jefe de todos los vampiros.
-¿Kimico Retanmke?
Me levanté en un gesto involuntario y de mi boca salió un sí impetuoso.
- Se te ha concedido la misión de llegar hasta los confines de la tierra junto con seis compañeros más. Se tendrá que poner en marcha en siete dias.
No me negué, pero en mi mente, extrañada, me pregunté el poruqe de aquella elección y su significado.


Capítulo 2

No podía creer mi mala suerte. Todo el contenido de la mochila se había volcado y no podía volver atrás, alguien me perseguía, era como en mi sueño, salvo que esto era rteal, demasiado para mi gusto.
Cayó tras de mí una hilera de libros importantes, manuales, linternas, comida, pastillas, plásticos, era todo mi contenido, y me daba lástima, aunque siempre podría comprar nuevo, eran como mi identidad. Salté a un árbol y decidí moverme desde las alturas, mi cuerpo apenas se distinguía entre la arboleda. Tenía que llegar a mi destino antes de que el plazo terminase, y tenía la mera corazonada de que el (o la) que iba detrás mía tenía esa misma misión.
Era tan veloz que cuando llegué al prado, situado a eso de 100 kilómetros de la escuela, solamente habían pasado seis minutos desde mi partida. Estaba un poco fatigada, pero no podía arriesgarme a parar. Tras de mi iba dejando una ristra que marcaba mi recorrido, intenté evitarlo, pero mis pisadas eran demasiado fuertes y no podía ir de árbol en árbol, pues no divisaba ninguno en este enorme prado.
Supe que ya no quedaba nada en la bandolera que llevaba cuando dejó de pesarme. Entonces, sin reducir nada mi velocidad, me desprendí de ella. Aún sentía esa presencia tras de mí, pero no era tan rápida y poco a poco la estaba dejando atrás. Aún así hasta que noté que estaba como mínimo a una hora de alcanzarme no paré de correr.
Respiraba entrecortadamente y apoyé mis brazos sobre las rodillas, dejando que el negro pelo cayese hacia abajo, goteando de sudor. Aún así se secó rápido. Recordé en ese mismo instante como había dicho al consejo que no quería que nadie me acompañase, que no pondría sus vidas en peligro, no me lo habían negado, y me parecía extraño. También os preguntareis cual es la misión que me ha sido encomendada, ni yo misma lo sé muy bien. Sólo me dijeron que le llevara unos papeles a la reina de los vampiros (esposa de ese viejo enclenque de antes). Era como si hubiese tenido una supestición, y casualmente los papeles me los había guardado en un bolsillo interior del uniforme.
Decidí no arriesgarme más y me puse otra vez en marcha.